sábado, 9 de marzo de 2013

Episodio X - Ira

Himar llevaba rato callada, los tres se habían sentado en el suelo dos horas antes y en ese momento había empezado a sentirse muy rara,  no dijo nada a sus dos compañeros...
No quiero seguir pensando en esto- se dijo - pero no conseguía quitarse de la cabeza la extraña idea que le llegaba, la extraña idea de golpear a sus dos amigos, de hacerles daño, ¿sería esto una consecuencia más de todo lo que les estaba pasando?
Mor se le quedó mirando...
- Tus ojos se han enrojecido Himar!! No!! Dios!!! Son rojos!!!

Himar la miró, su ojos encendidos fulminaron a Mor.
- Esto... no sé... me pican un poco...
- ¿Te encuentras bien?
Himar se levantó con un movimiento muy rápido y golpeó a Mor con el pie en la cara, Mor rodó en el suelo y Lov se abalanzó sobre Himar... sin llegar a cogerle recibió un primer golpe en el pecho para  continuar con un segundo golpe en el cuello que lo derribó...Himar gritó - Ni se os ocurra acercaros a mi!!! - Inmediatamente cayó derrumbada al suelo, sin sentido...
Mor se acercó al chico, con la respiración agitada le preguntó si estaba bien y él asintió sin poder hablar, el golpe del cuello había sido muy violento.
Los dos se quedaron mirando a Himar, yacía sobre el suelo, Mor se acercó para comprobar si respiraba, sí, lo hacía.
- Lov, estoy confundida, ya no sé cual va a ser la próxima sorpresa... Hay que hacer algo... ¿Qué se te ocurre?
Un pequeño hilo de voz salió de la garganta de Lov - No lo sé... no... lo sé...
Himar tardo media hora en despertar, sus dos amigos no intentaron despertarla en ningún momento, notó el frío suelo en su cara y a Mor de pie dos pasos más allá. Lo recordó todo, ahora se encontraba bien... no entendía nada y se lo debía explicar a ellos...
Levantó la cabeza y vio a Lov, mirándola desde detrás de Mor - lo... lo siento chicos, no sé que me pasó, no era yo... os lo prometo... no era yo...
- Claro que eras tú... Tus patadas nos alcanzaron a los dos... ¿Quién crees sino quien fue?
Bajó la cabeza avergonzada a la misma vez que murmuraba - No era yo chicos... era algo ajeno a mi y no lo entiendo...- Mor se acercó y la ayudó a incorporarse, los ojos de Himar habían vuelto a su bonito color habitual y sus facciones mostraban tranquilidad, se abrazaron y lágrimas de ambos lados cayeron por las mejillas... -¿Qué nos está pasando?...
De repente Lov recordó algo... - sí, eso es... -
- ¿Qué?
- Claro, cómo no hemos caído antes... sí, sí, eso es...

Episodio IX - Interrogantes.

La lluvia había parado hacía ya un rato, la noche había caído sin que se dieran cuenta, Mor pensó que no solo habían viajado en el espacio y tiempo, las horas del día habían pasado bastante más rápido o al menos eso le parecía.
Ninguno de los tres hablaba, se habían sentado en el medio del andén de la estación, y se habían mantenido callados, absortos en sus pensamientos, buscando explicaciones a lo que les estaba pasando y ordenando todo lo acaecido, había sido un día muy extraño...
Mor levantó la cabeza y descubrió a Lov mirándola, se sonrieron y Lov arqueó las cejas, hizo una mueca con la boca, suspiró e hizo el ademán de empezar a hablar cuando Himar se levantó y llamó la atención de sus dos compañeros.
- Hemos hecho bien en venir aquí, hay muy poca gente y no hay ninguna posibilidad de cruzarnos con nosotros mismos y pocas posibilidades de cruzarnos con algún conocido. No puedo imaginarme que un conocido se encuentre con otro, comenten ambos que me han visto, que sea la misma hora y que cada uno piense que el otro es un mentiroso...
- Rebuscada, eres muy rebuscada... Eso es muy difícil que pase.
- Difícil que pase es todo lo que nos ocurre y aquí estamos.
Mor se paró al ver levantarse a Lov, el chico movió la cabeza de izquierda a derecha, dejando claro que no estaba de acuerdo con algo de lo que habían dicho.
- Esto es muy serio, estamos fuera de nuestro tiempo, más o  menos 24 horas atrás del tiempo real y sin saber como salir de aquí.
- Estoy muy confundida -dijo Mor- no puedo ni pensar con tranquilidad, ¿por qué no vamos a casa?
- ¿A qué casa? Yo estoy viendo la tele en la mia, tú llegarás de madrugada y Lov no ha llegado ni al hotel...

domingo, 15 de abril de 2012

Episodio VIII - Soy yo



El grito de Mor fue desgarrador, los de Himar y Lov se fundieron en uno solo...
El flash, el haz de luz cegó a los 3, aterrizaron sobre la tierra húmeda, mojada, la lluvia caía sobre ellos y el golpe había sido doloroso. Lov preguntó a las chicas si estaban bien, ellas contestaron con un suave gruñido, levantando la cabeza se miraron los unos a los otros, extendidos sobre el barro, había sido muy violento, tanto el traslado - esta vez no tan instantáneo como otras veces - como la recepción en el suelo.
Himar se miró las manos y mostró cara de asco:
- Chicos... estamos hasta arriba, esta vez estamos hasta arriba... Y además nos estamos poniendo empapados.
Mor no contestaba, estaba mirando una silueta que se recortaba sobre el gris y penumbroso bosque, una chica con paraguas estaba esperando al lado del camino.
- Yo conozco este lugar.
- Y yo - dijo Lov
- Pero es que yo conozco el lugar y el momento... Y el reflejo de sus ojos mostró la imagen...


- Soy yo, esperándote...
Himar, con la cara empezando a dejar resbalar las gotas que su pelo recogía: - No sé si me asusta más verte ahí o que los tránsitos se estén acelerando sin ton ni son. Estoy segura que el hecho de estar juntos los estimula, estoy muy segura.
- ¿Segura? Empiezo a no estar seguro de nada... ni de nadie si esa efectivamente eres tú... Por lo poco que sé de física del espacio y el tiempo lo mejor es que no nos veas - y esbozando una sonrisa masculló - esto parece Regreso al Futuro...
- No es momento de bromas Lov, no tengo muy claro qué hacer ni qué va  pasar pero estoy contigo en que lo mejor es salir de aquí.
Los tres se levantaron mirándose la ropa y sacudiéndose suavemente para no hacer ruido, y se movieron en dirección contraria a la chica que esperaba con el paraguas en la mano, la cual sin ellos apreciarlo se giró y los miró extrañada, no había percibido su llegada, aunque tampoco prestó demasiada atención a tres sombras que se alejaban, sus pensamientos estaban en otro lado.

CoNtInUaRá.

Episodio VII - Sorpresas


Himar y sobretodo Mor no daban crédito a sus ojos...
- ¿Lov? ¿Qué haces aquí?
- Dirás qué hacemos aquí, ¿no? Dijo Lov arqueando las cejas y haciendo una mueca..

Himar se levantó rápidamente, miró alrededor, no había casi nadie en la calle y por lo tanto nadie había percibido a dos chicas "caídas" en el suelo.
- Hola Lov, encantada de conocerte, creo que podemos dejar las preguntas para después y empezar a pensar en que hemos hecho un viaje un poquito largo - Estas tres últimas palabras las dijo en un tono diferente, queriendo remarcar la extraña situación que les envolvía.

Lov bajo los pocos escalones que separaban la puerta del nivel de la calle, ayudó a incorporarse a Mor y le dio dos besos, respondidos por ella.
- Hola Mor - sonó suave, bonito, a Mor le encantó...
- Soy Himar, dijo la espigada morena, interrumpiendo el cruce de miradas y acercándose a Lov para darle dos besos.
Lov le contestó con una sonrisa y un pequeño sonrojo en su cara- Himar no se sorprendió, de hecho estaba bastante acostumbrada a sentir que algunos chicos se azoraban con ella y eso le gustaba, no la situación, sino el hecho de que esa señal le mostraba el interior del chico, un interior que consideraba limpio y sano, y no el de un jeta.

- Me gustas, creo que nos llevaremos bien, pero de esto ya hablaremos más adelante, ahora centrémonos en lo que nos rodea. Esto es Barcelona ¿no?, hemos viajado unos...
- Sí, esto es Barcelona, me lo han dicho hace un momento, no conozco esta ciudad, ni sé muy bien que hacemos aquí.
- Bueno, los tránsitos son extraños en ocasiones, curiosos cuanto menos...
- Yo en este caso diría sorprendentes, como máximo me había movido dentro de mi ciudad, al principio en distancias muy pequeñas...
- Al menos estamos en un sitio que nos entienden - Dijo Mor.
- ¿Cuanto duran vuestros tránsitos? Los míos no llegan más allá de las 3 ó 4 horas...
- Los míos más o menos lo mismo que a ti, ya sabes que nuestra experiencia es similar...
- Los míos han llegado a los dos o tres días, pero esta es la primera vez que me he desplazado tantísimo... Tengo algo más de experiencia que vosotros, pero no mucha más, quizás os pueda enseñar algo, pero no penséis en mi como vuestra salvadora porque no lo soy, estoy tan sorprendida como vosotros.
Cuando conocí a Mor pareció que nuestros poderes se sumaban, los tránsitos se multiplicaron y cada vez más lejos, la evolución de Mor también fue muy rápida respecto a la mía, creo que nuestra cercanía lo aceleró, aunque no estoy segura...
- Pues se puede decir que la mía también ha sido muy rápida... Solo llegar a vuestra ciudad mirad lo que me ha pasado...
Creo que está claro que nuestras características se multiplican exponencialmente con nuestra cercanía. ¿Conocéis a alguien más como nosotros?
Himar movió la cabeza de izquierda a derecha haciendo un gesto simpático con la boca, la negación estaba clara.
 - ¿Nos movemos? - dijo Mor.
Los tres jóvenes se miraron
- ¿Hacia donde?
- Pueeeeeeeeees... hacia allí -dijo Lov señalando con un leve movimiento de cabeza e indicando la parte más ancha del Passeig del Born - Nos situaremos mejor si encontramos una calle ancha y si puede ser un eje de la ciudad mejor que mejor... Deberíamos conseguir un mapa, nos ayudaría a centrarnos un poco.
Anduvieron unos minutos en los que no cruzaron palabra alguna, únicamente al llegar a las esquinas alguno de ellos señalaba hacia donde ir con un "por aquí". En pocos minutos llegaron al Arco del Triunfo, las farolas del paseo llamaron su atención, quizás imitaban a las originales pensó Mor.


- Allí hay un quiosco - la frase de Lov interrumpió los pensamientos de las dos chicas-  voy a comprar un mapa, esto es una zona céntrica y será fácil encontrarla.
Lov se acercó al quiosco.
- Hola, quería un mapa, que sea simple, no quiero un libro, con un desplegable me vale.
- ¿Te sirve el que tienes a tu derecha?
Lov se giró, busco con la vista y alargo el brazo hasta alcanzar el mapa. Sin abrirlo, pero tras echar un vistazo exterior y mientras buscaba el precio asintió - Sí este vale, ¿qué precio tiene?
- 200.
- ¿200? preguntó sorprendido.
- Sí 200 pesetas.
- 200 pe...setas, ¿cuanto es en euros?
- ¿En euros? Esbozó una sonrisa, no estoy muy enterada de las noticias pero creo que los euros no son válidos hasta dentro de unos meses... Solo te aceptaré pesetas...
Lov, giró la cabeza hacia las dos chicas, ellas se habían acercado al quiosco aunque no habían oído la conversación - Me pide 200 pesetas...dice que los euros no son válidos hasta dentro de unos meses...
- Hasta el 1 de Enero para ser más exactos - la señora seguía sonriendo divertida por la situación y ajena a lo que pasaba por la cabeza de Lov.
Himar se acercó varios pasos y al mirar la prensa soltó un sonoro Joder!!
Una de las noticias que leía en portada de la prensa le sacudió el cuerpo "Pekín será la sede de los Juegos Olímpicos de 2008".
Miró la fecha de varios diarios, - ¡14 de Julio de 2001!, ¡estamos en 2001 chicos! - dijo en voz alta para que lo escucharan los dos.

Mor sacó su móvil, la fecha, la hora, eran correctas, pero no había cobertura...
- No funcionará - dijo Himar, demasiada tecnología para los tiempos que corren...
Mor buscó el número de Himar y lo seleccionó. La respuesta fue nula, no había cobertura para su smartphone de última generación.
- Vamos, señaló.
Lov devolvió el mapa a su sitio y los tres se alejaron unos pasos del quiosco.




 CoNtInUaRá...

Episodio VI - ¿Casualidades?


Lov, todavía descentrado, no daba crédito a sus ojos, dos chicas le miraban, estirado en el suelo lo primero que pensó es si le habrían visto aparecer, la duda se disipó rápidamente, una de las chicas le preguntó si estaba bien.
-          No te he visto caer, ni he sentido ningún golpe o grito, solo te he visto rodar ligeramente y quedarte estirado en el suelo.
-          Hemos flipado –dijo la amiga. ¿Qué te ha pasado?
-          ¿Don… don.. dónde estoy?
-          En Santa María del Mar - dijeron las dos al unísono, mirándose a continuación y soltando una sonora carcajada.
-          ¿Santa María del Mar? ¿En Barcelona?
-          ¿Seguro que estás bien?
-          Sí, sí… bueno no… estoy algo aturdido, perdonad y seguid vuestro camino, muchas gracias por vuestro interés.
-          De nada guapo -dijo sonriendo la que a primera vista era la líder de la pareja- vámonos María – se giraron, dieron tres pasos y girando la cabeza y agitando levemente el brazo esbozaron un "deu" al unísono que les provocó otra sonora carcajada.
 Mientras se alejaban oyó sus comentarios sobre él.
-          Esta muy bueno!!
-          ¿Bueno? Jo lo que tiene es un polvazo…
-          Ala!! Bestia!! Y las dos volvieron a reír alegremente…
Lov, se levantó rápidamente, miró la iglesia-catedral, vio la puerta abierta y se decidió a entrar, en paralelo sin saber muy bien por qué, decidió no pensar en nada en dicho momento, atravesó la puerta y entró en la penumbra del gotico barcelonés…
Solo entrar atisbó la puerta opuesta y algo le dirigió a ella.
Atravesó el ábside y llegó al umbral de la puerta sin apenas darse cuenta de las enormes columnas que le rodeaban ni de las personas que atendían el oficio, ni de los visitantes que admiraban el paso de la historia a través de las piedras.

Asomó la cabeza a través de la puerta, sin pasar el cuerpo, y lo que vio le dejo parado. Dos chicas se levantaban del suelo y una de ellas era Mor.
CoNtInUaRá

Episodio V - Tránsitos


Himar y Mor habían salido de casa ya hacía un rato y paseaban juntas por las húmedas calles, había llovido a ratos durante toda la noche y el cielo gris de la mañana no indicaba un cambio de tiempo radical.
Mor se había vestido igual que Himar, chándal ajustado al cuerpo, de lycra, en negro, se marcaban todas sus formas especialmente sus sinuosas caderas.
Desde que supo de Himar, cinco meses había hecho la semana pasada, ambas se habían hecho íntimas amigas, sus gustos coincidían y a pesar del poco tiempo que llevaban juntas se conocían como hermanas, horas y horas hablando habían hecho el milagro.
Himar la vio en uno de los primeros episodios de crisis (así los mencionaba al principio Mor) y supo que era una de las suyas. Himar siempre pensó que el don que tenía ella lo debían tener más personas y siempre se dijo que con paciencia encontraría alguna, le había llevado varios años, pero el día que vio a Mor caída en el suelo y desorientada supo que había encontrado a alguien como ella. La siguió durante días, hasta que vio como se repetía el episodio, no dudó entonces y se acercó a ella:
-          Soy Himar y soy como tú…
-          Te he visto otras noches por aquí…  ¿qué quieres decir con que eres como yo?
-          Yo también viajo…
-          ¿Viajas?¿Dónde? No entiendo qué quieres decir…
-          Sé lo que te pasa cuando te desplomas…
-          Y… no entiendo donde quieres ir con este comentario…
-          Hace años yo también perdía el conocimiento y después marchaba del lugar sin hablar con nadie, andando o corriendo… ¿te acuerdas de algo al despertar?
-          Sí. .. me… acuerdo… Dijo Mor.
Himar le explicó sus primeros episodios y como siempre recordaba todo hasta que un día, al despertarse no recordó nada, ese día marcó la inflexión, a partir de entonces empezó a controlar las incidencias, anticipándose a su llegada y recepcionándolas absolutamente preparada.

-          Himar, no recuerdo nada de anoche, ¿será mi punto de inflexión?
-          Puede… No conozco a nadie más en nuestra situación… Solo yo.
-          ¡Ojala! He dejado poco a poco de ir con amigos porque ya no sé como explicar que primero me caigo sin sentido y después me marcho sin decir nada, sola, sin girarme cuando me hablan. Todo el mundo piensa que estoy loca.
-          No lo estás, ya lo sabes, y eso ya es importante…
-          ¿El qué?
-          Que sepas que no estás loca… Himar sonrió.
-          Ayer le vi e incomprensiblemente no le dije nada… Pasó a mi lado y no le dije nada… de nada… - Dijo Mor cambiando otra vez de tema, algo que hacía a menudo en sus conversaciones, saltar de un tema a otro sin orden.
Himar le contestó agitando la cabeza, sin decir ni una palabra.
-          No entiendo lo que me pasó pero me quedé callada como una tonta mientras pasaba a 2 metros de mí. Iba absorto en sus pensamientos, jamás pensó que me encontraría allí… supongo… No podía esperar a esta tarde y como sabía que llegaba en ese tren me acerqué al parque, sabía que pasaría por allí…
-          Te había dicho que de pequeño vivía aquí y que marchó con dieciocho años, que se acordaba de buena parte de la ciudad y que podíais quedar en  cualquier sitio, tú le dices que quedáis en la Plaza Central el domingo y sin embargo el sábado vas a buscarle…
-          Ya sabes que soy especial con mis decisiones…
-          No hace falta que lo digas…
Mor sonrió y prosiguió.
-          Menos mal que no paró, que en nuestro primer encuentro hubiera tenido lugar una crisis habría hecho que todo fuera extraño…
-          ¡No les llames crisis!
-          Perdona… es que llamarlos tránsitos me parece tan .. tan…
-          ¿Real?
Mor asintió con la cabeza
-          Sí, real.
En ese momento empezó a ver una nube oscura… ¡Himar! ¡Viene una!
Himar le dio la mano derecha y estaba rozando la mano izquierda cuando vio la nube que había anunciado Mor, se agarró firmemente a su amiga y en un segundo se encontraron las dos estiradas sobre el suelo, el cielo no estaba gris, un edificio antiguo, una iglesia, les coronaba, podían ver las gárgolas.

Mor se levantó antes que nadie se acercará, había muy pocas personas en esa calle en ese momento, miró hacia atrás y vio una especie de escultura metálica con una llama encendida al final, coronas de flores secas en la base, miró a la gran puerta de madera situada enfrente de ellas, unos pocos escalones les separaban, sus ojos se giraron hacia las letras contiguas:


Oh Dios!! Se dijo, sin percibirse que había utilizado una expresión muy poco común en ella.
-          ¡Mira Himar! ¿Sabes dónde estamos?
Himar solo acertó a decir.
-          Jamás fui tan lejos…

CoNtInUaRá



Episodio IV - Historias


Tras una larga charla sobre temas intrascendentes Himar se quedó callada... sus labios ansiaban preguntar lo que su cabeza le decía que ahora no.
Mor ya se había dado cuenta que su aspecto no ayudaba a Himar a centrarse en la conversación
- No paras de mirarme... todo el rato...
- Sí, es verdad, estabas recien levantada, tu voz y tu cara lo decían, pero tu ( ) ropa... (paró un momento antes de decir esta última palabra) no es algo habitual con lo que dormir... ¿Te ha vuelto a pasar verdad?
Mor asistió con la cabeza sonriendo a la vez,
- Cre-creo que sí - tartamudeó sin querer. -Pero la verdad es que no recuerdo nada de nada, y es la primera vez que me pasa, las otras veces tenía flashes, luces, personas, palabras, sensaciones... pero ahora nada de nada...
- ¿Bebiste?
- Pues claro!!! ¿Qué te piensas? Estaba pasándomelo bien!... Estuve donde siempre, eso sí que lo sé, allí me conocen y mi comportamiento empieza a pasar desapercibido, aunque sigo siendo una de las reinas de la fiesta...
- Ya claro... - dijo Himar con una pícara sonrisa.
- No entiendo estos cambios que sufro, cada día me desoriento más, creía que empezaba a controlarlos, pero no estoy segura...
- Tranquila, los controlarás, todas lo hacemos, y todos... Las primeras veces tienes sensaciones negativas al despertar pero no son la realidad, cada día los controlas más...
- Ayer le vi (dijo susurrando y muy rápido).
- ¿Le visteeeeee?
- Vale Himar! Calla! Dame un minuto y salimos a dar una vuelta, me apetece salir!
- ¿Un minuto? ¿Tú? ¿un minuto? Va venga, te doy cinco -dijo abriendo la mano - te espero... y me lo cuentas todo.
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Lov salió del bar, una vez había desayunado su cabeza lo tenía todo más claro.
Dios, que guapa estaba... que guapa...
La había imaginado muchas veces de muchas maneras pero esa realidad que vio en el periódico le había hechizado una vez más, esa chica que sentía igual que él, que había empezado a tener los mismos problemas que él... ¡y a la misma vez!, era maravillosa... al menos de aspecto...
Solo la casualidad había hecho que el blog de Mor llegará a sus ojos justo con la primera entrada y el primer día, él fue de los primeros visitantes... Y no podía ser casualidad que esa chica explicara una historia fantástica, fantástica historia, que coincidiera al cien por cien con lo que le había pasado a él... el mismo día!!!
Mor no  había querido hablar con Lov, se comunicaron por email y quedaron, se enviaron unas fotos para favorecer el encuentro; un viaje... y ahora estaba allí, en su mundo...


Ya puedes leer el episodio V 

Episodio III - Blanco


- Himar, ¿quieres un café?
- Sí, con leche por favor, es muy temprano y si lo tomo solo después no me sienta nada bien.
Himar había llegado muy temprano; apenas se había levantado del suelo y sonó el timbre de la puerta, al preguntar quien era la alegre voz de la morena de pelo largo que ahora tenía enfrente había respondido como era habitual - Soy yo Mor ¿quién quieres que sea a esta hora? pues yoooo....
Abrió la puerta y con un ligero movimiento de ojos repaso el aspecto de la visita, efectivamente era ella, morena, cabello suelto y muy largo, cayendo por encima de su hombro, piel pálida, labios brillantes, rojos, y un chandal negro en lycra, que marcaba todas y cada una de sus formas.
Un pequeño ruido metálico sonó,
- Mor ¿estás bien?
- Sí, se me ha caído la cucharilla pero ya está...
- ¿Ya está qué? ¿la habrás puesto a lavar? dijo esbozando una sonrisa y con un tono jocoso.
- No seas histérica que tengo el suelo limpio, y además era la mía.
Himar sonrió y se sentó en el sofá. Había entrado en la casa y se había encontrado una situación un tanto extraña, Mor parecía recién levantada pero su aspecto era de no haberse quitado la pintura para ir a dormir, y tenía unas ojeras incipientes nada habituales en ella, la cama ya estaba hecha, lo pudo ver asomándose a la puerta de la habitación, y lo más extraño, llevaba puesta una camiseta blanca de tirantes, braguitas, y medias!!!   Todo en blanco, lo cual aún hacía su piel más blanca de lo que era habitualmente.

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Episodio II - Lov




Su cara de sorpresa denotaba que a pesar que estaba mirando por la ventana no percibió que el tren entraba y se paraba en la estación, aunque la dura niebla durante casi todo el camino no le habría dejado ver más allá de varios metros ...
El ruido de la gente moviendo las maletas le hizo volver a la realidad, busco la suya un segundo, quizás dos, no llevaba, ¿abrigo?¿anorak?¿chaqueta?...  Del vagón habían salido las 3 personas que lo ocupaban y tras ellos ningún rastro de maletas o ropa...
Salió del tren y al cabo de unos pocos minutos se encontraba en la calle, la niebla no había llegado o quizás ya había marchado de allí, el aire le hizo estremecerse, las nubes negras anunciaban lluvia muy cercana. Comenzó a caminar adentrándose en el parque y su mente volvió a la abstracción, sin darse cuenta que paseaba por un lugar ahora casi desconocido pero que hace tiempo era un motivo de vida para él. Un súbito chaparrón le volvió otra vez a la realidad...  pero esta no duró apenas un momento, los pensamientos volaron otra vez lejos, muy lejos... mientras el chaparrón amainaba en pocos segundos...


Todavía no tenía clara la sucesión de hechos, ese cuerpo... esa cara... la palidez de la piel le originaba una sensación de bienestar, sensación que le hacía sonreír mientras caminaba...
La lluvia volvió a apretar, lejana a las sensaciones que le llegaban...
Cuando al fin la luna parecía salir, Lov estaba entrando en la ciudad por la puerta sur del parque, fue en ese momento cuando todo se hizo real. Paró delante de una tienda ya cerrada, y observó su reflejo en el cristal, las luces de las farolas le enseñaron unos labios ennegrecidos...  Están amoratados -pensó- ¿pero cuanto tiempo llevo andando? una hora quizás...
Se miró la ropa empapada y se sintió incomodo, tenía una sensación extraña, hambre y ansiedad la definían, y le molestaban más que la ropa mojada, miró al cielo, la luna se adivinaba grande y arrogante detrás de las nubes...
- Hola!!! Hola!!! Su voz sonó metálica, pero no le pareció extraña, de repente volvió a sonreír, un  flash de Mor le había vuelto a llegar... su palidez le volvía a a llenar... volvió a sonreír y se estremeció.
Las calles de la ciudad aparecían brillantes, salpicado el suelo de reflejos de la luna y de las farolas, comenzó a caminar, lentamente, dando vueltas sin rumbo fijo, haciendo tiempo no sabía muy bien para qué, en ese momento al final de la calle ancha y vacía por la que transitaba le pareció verla, corría como el  viento, sí, era ella, seguro, y empezó a correr mientras gritaba Mor!!...  Mor!!... soy yo!!!! Mor!!... mientras aullaba Moooooooooooooor!!!!

Ya puedes leer Blanco

Episodio I - Mor


Se decidió a salir, tras el chaparrón una lluvia muy fina mojaba la calle, los pasos le siguieron hasta el parque, se sentó en el banco, humedecido, dispuesta a esperar... El tiempo pasaba, la fina lluvia se convirtió en grandes goterones, se levantó, el agua del banco le estaba molestando, abrió  el paraguas...
Escuchó un ruido y vio a tres sombras alejándose, no muy lejos de ella, se giró y volvió a sus pensamientos.


Al fin atisbó su perfil en la lejanía, poco a poco la sombra negra se fue haciendo de colores mortecinos, llevaba un suéter rojo, ribetes blancos en las mangas, pantalones blancos, ligeramente caídos, el barro había llegado al extremo, salpicándolo de marrón... el calzado negro, deportivo, espolvoreado también de manchitas marrones reflejaba el largo paseo que había dado bajo la lluvia, ahora débil, ahora atormentada...
Ya llegaba, el brillo de la luz de las farolas le hacía un perfil extraño, la cara pálida, los labios amoratados, carnosos, a medio cerrar, esbozaban la sonrisa permanente que siempre llevaba encima.
- ¿Me está mirando? Estaba todavía tan ensimismada en su llegada que no se dio cuenta que pasó de largo, ¡cuanto tardan los pasos en llegar y que pronto se pierden a la espalda!


- ¿No me ha visto? No puede ser... No, no me ha visto, iba sonriendo y no me ha visto... la sonrisa era suya y de alguién mas... que yo no podía ver... pero no era mía...
Habría querido llorar...
- Es curioso como reir casi siempre se consigue...  pero llorar... no se llora cuando se quiere, se llora cuando se puede... Movió la cabeza, se dió cuenta que había dejado de llover, la luna se adivinaba detrás de las nubes, grande y expectante...

  

Los haces de luz se entrelazaban con su pelo, su pálida piel se había tornado más oscura...
-  No, otra vez no...se dijo mientras empezaba a moverse, primero andando lentamente y más tarde casi sin querer... corriendo como el viento...
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Amaneció estirada en el suelo, despertaba dolorida de cuerpo y de alma, esta vez la noche no había herido su piel... se preguntó si había vuelto a pasar, la cabeza le daba vueltas y no conseguía recordar... esta vez no conseguia recordar... nada.


Ya puedes leer Lov